La migraña, se caracteriza por episodios repetidos de cefalea de gran intensidad que impiden al afectado desempeñar sus actividades y que pueden durar varios días. El dolor afecta a la mitad de la cabeza; es como un latido, se acompaña de náuseas y vómitos y empeora con la actividad física. La Organización Mundial de Salud, califica a la migraña como una de las 10 enfermedades más discapacitantes y según cifras estimadas, está afecta a 1 billón de personas alrededor del mundo siendo tres veces más común en mujeres que en hombres.
CAUSAS DE LA MIGRAÑA
Si bien hasta la fecha las causas exactas de la migraña son desconocidas, especialistas sostienen que factores ambientales y genéticos se encontrarían fuertemente involucrados. También se cree que los cambios en el tronco encefálico y sus respectivas interacciones con el nervio trigémino (nervio que transmite la sensibilidad de la cabeza), podrían estar involucrados. Dentro de las desencadenantes de la migraña se incluyen cambios hormonales (en mujeres), bebidas (alcohólicas y no alcohólicas), estrés, estímulos sensoriales, cambios en el sueño, entre otros.
SÍNTOMAS
Si bien como se mencionó, el principal síntoma de la migraña implica un dolor intenso a un lado de la cabeza, algunos síntomas adicionales pueden incluir:
- Decaimiento
- Alta sensibilidad a la luz y al sonido. Es por esto que muchas personas con migraña desean descansar en una habitación tranquila y oscura.
- Transpiración
- Dolor abdominal
- Diarrea
PREVENCIÓN Y SIGNOS DE ALARMA
Si bien existen medicamentos para el tratamiento de la migraña, resulta importante que personas que sufran frecuentemente de migrañas cuenten con hábitos saludables y que les generen tranquilidad. Adicionalmente, existe una serie de signos de alarma que son relevantes de vigilar en personas con migraña y que en caso de que los presenten, deberán consultar con su médico.
- Cefalea que no cede con el tratamiento recomendado por su médico o que empeora con el paso de las horas.
- Cefalea que dura más de 72h, estando sin síntomas menos de 4h.
- Cefalea que despierta al niño de noche, habiéndose acostado sin dolor.
- Cambio de carácter acusado, confusión, adormilamiento o pérdida de consciencia.
- Crisis convulsivas asociadas.
- Vómitos persistentes.
- Alteraciones en la fuerza o parálisis de extremidades, alteraciones del equilibrio.
- Aura previa al inicio de la cefalea diferente del habitual.
